miércoles, 26 de agosto de 2009

La versatilidad de nuestra lengua


La lengua castellana (o española) es probablemente la más fonémicamente consistente de todas. Es decir, las palabras se leen tal y como se escriben, sin depender de su contexto (como en inglés) y sin el abuso de grafemas que no se pronuncian (como en francés). Esto permite que aprender español, tanto para los nativos como para los que no lo han hablado jamás, sea más fácil, comparativamente hablando, que otros idiomas.

Y tal vez por ello mismo resulta particularmente interesante el castellano para hacer juegos de palabras. Notables divertimentos son por ejemplo los siguientes, elegidos entre muchos que recopilado a lo largo de los años:
  1. ¿Por qué todo junto se escribe separado y separado se escribe todo junto?
  2. ¿Por qué se dice desabrido y no desabierto?
  3. ¿Por qué se dice "yo conjugo" un verbo y no "yo conjuego"?
  4. Huevo se escribe con H pero generalmente se escribe con G.
  5. ¿Qué sería el tiempo sin ti? Pues simplemente... empo.
  6. A los que matan el tiempo... ¿no les encarcelan?
  7. -Qué te molesta más, ¿la ignorancia o la indiferencia? -No lo sé ni me importa.
  8. El cuento más corto: "Había una vez truz."
  9. ¿Lo contrario de bienaventurado sería malamilanado?
  10. ¿Un terminal es lo opuesto de un comensal?
  11. ¿Los cardenales comerán ensalada de papas?
  12. ¿Los rabinos comerán ensalada de judías?
  13. ¿Los imanes comerán ensaladas ricas en hierro?
Esta otra pieza que encontré en la red refleja sabrosamente la riqueza y multiplicidad de adjetivos del castellano.

Epítetos, adjetivos y motes

Un político, que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo del interior, se paró arriba de un cajón y comenzó su discurso:

-¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte. El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta, es mi postulación, aspiración o candidatura a la Alcaldía de este municipio.

De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:

-¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

-Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc. La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy. Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:

-Postulante, aspirante o candidato... (Hic). El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o en pedo... (Hic) no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido. (Hic). Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece (hic), puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando... (Hic), sus bártulos, efectos o cachivaches, (hic) y encaminarse, dirigirse o irse, derechito: a la progenitora de sus días, a la madre que lo llevó en su seno, o a la puta que lo parió.