viernes, 11 de marzo de 2011

Un Azafato Peculiar


Volar ya no es como solía ser. Las azafatas ya no son todas hembras, jóvenes y regias, sino mayores y más "experimentadas". También han proliferado los azafatos. En el vuelo de regreso de unas vacaciones tripulaban justamente la cabina dos de estos especímenes. Uno gringo y el otro latino. El latino era el único tripulante que hablaba español así es que además de las labores propias de su cargo se dedicaba a traducir los mensajes que el capitán daba por el altavoz en inglés. Sin embargo, no sólo se limitaba a traducirlos sino que aderezaba los mismos con particular agudeza. Por ejemplo:

El capitán ha encendido la señal de no fumar. Se les recuerda que en este vuelo está prohibido fumar tanto en la cabina como en los baños. Las personas que sean sorprendidas fumando deberán continuar el resto del vuelo sentados en el ala del avión.

Por favor guarde su equipaje de mano en las bandejas superiores o bien en el espacio que está debajo del asiento de adelante. El equipaje que sea encontrado en los pasillos será confiscado y rematado a través de Mercado Libre.

El azafato amenizó todo el viaje con este tipo de comentarios. Cuando ya estábamos iniciando la aproximación continuó con otras singulares frases:

El capitán ha anunciado que hemos iniciado el descenso a la ciudad de Santiago. Las personas que se encuentran en el ala ya pueden regresar a sus asientos.

Por favor no olviden llevar todos sus objetos personales tales como bolsos, chaquetas... y niños. Si piensa dejar algo en el avión, por favor asegúrese de que sea algo que a la tripulación... le agrade.

Al pasajero que extravió un Rolex al subir al avión le tenemos una excelente noticia: la hora exacta en Santiago son las 7:51.

Más o menos la mitad de los pasajeros eran chilenos, y todos se reían con estas salidas. Los gringos no cachaban nada. Un gringo que iba a mi lado y que me lateó todo el viaje me pidió que le tradujera algunas de las frases. No les halló gracia alguna, pero me dijo que "al parecer los chilenos tienen mucho sentido del humor".

Las azafatas experimentadas y el otro azafato tampoco cachaban. Finalmente el peculiar azafato remató con este broche de oro:

Agradecemos que haya volado con nosotros y ojalá haya disfrutado de nuestro sentido del humor. Si a Ud. le gustaron mis comentarios, mi nombre es Héctor. Si no lo gustaron, mi nombre es John.

Memorable.